La Voz Cofrade.
Una maldita obra les obligó a estar media hora más en la calle. Por si fuera poco el esfuerzo. Por si fueran pocas las doce horas que ya está la cofradía de estación de penitencia. Media hora más en la calle, por una promesa incumplida, por una obra inacabada. Por una irresponsabilidad de alguien a quien las cofradías, seguro, importan bien poco. Y ni una queja de los hermanos del Soberano Poder, ni un simple reproche, ni una palabra más alta que la otra. Si hay que andar más, lo andaremos. Si hay que cruzar el barrio de la Granja, bienvenido sea. Si hay que hacer un esfuerzo extra, para eso estamos haciendo penitencia.Ese fue el talante con el que ayer la cofradía del Soberano Poder salió a la calle, porque esas son las maneras que tiene el Soberano Poder para todo. Cofradía acostumbrada a remar contra corriente, valiente donde las haya, no ha tenido nunca miedo de los problemas que inexorablemente van saliendo a su encuentro. Primero, cuando se fundó la asociación. Posteriormente con sus traslados de sede canónica, hasta dar con sus huesos en la parroquia de la Granja. Antes, con los problemas con la dirección espiritual de la cofradía. Todo problemas, hasta que encontraron el calor y el cariño de una barriada que ahora no entiende su fe si no es mirando al nazareno de Ramos Corona.Y ayer, la cofradía quiso, principalmente, devolver al barrio lo que el barrio le da durante el año. La obra se convirtió en la mejor excusa para atravesar el corazón del barrio, la plaza de Ronda. Fue sin duda la mejor explicación de por qué esta cofradía avanza, mientras que otras se estancan. Volcados con su barrio, los capirotes carmesí de las cofradía se fundían con los balcones y las terrazas, con los comercios a medio abrir, con los bares. Ancianos, niños, adultos… Todo un barrio echado a la calle, queriendo disfrutar de los espectaculares recursos que pone la hermandad del Soberano Poder en la calle.Y una vez en las grandes avenidas, un nuevo ejemplo de compromiso, de solidaridad. El que tiene cada año la hermandad del Soberano con sus nazarenos, con su cortejo que crece año sí, y año también. Y si crece bien haríamos todos en preguntarnos las razones. No tiene que ver con la novedad, puesto que otras cofradías se han estancado en lugar de ir creciendo. No tiene que ver con ser de barrio, puesto que hay muchas otras en la misma situación. No puede ser resultado de su horario, puesto que pasan el medio día en la calle. El crecimiento del Soberano Poder está en el compromiso con los nazarenos, en hacerles a su cortejo lo más llevadera posible la enorme penitencia que es salir de nazareno en el Soberano Poder. Puntos de avituallamiento durante el recorrido, asistencia personalizada de los diputados de tramo y sobre todo, una velocidad de crucero que le permite recorrer más metros por hora que las cofradías de negro riguroso.Es evidente que al tener un paso nada más es mucho más sencilla esta apuesta, pero María de las Mercedes llega este año, y seguro que en la Junta de Gobierno de la hermandad ya tienen más que previstas las posibles vicisitudes que pueda plantear su salida procesional en la tarde del Miércoles Santo. Y mientras, pues a hacer lo que todos hicimos ayer con la cofradía que preside Iván Cote. Disfrutar. Porque se han ganado a pulso el derecho de ser una más del Miércoles Santo, porque han encontrado su hueco en el días más completo de la Semana Santa, porque son la cofradía del Xerez Deportivo, porque su paso avanza con unos andares graciosos y altaneros, porque su cortejo es una delicia. Porque está en la calle el Soberano Poder… Y eso es para disfrutarlo.
Jose Vegazo.